Cuan gloriosa será la mañana cuando venga Jesús el Salvador,
las naciones unidas como hermanas, bienvenida daremos al Señor.
Esperamos la mañana gloriosa para dar la bienvenida al Dios
de amor, donde todo será color de rosa en la santa fragancia del Señor.
No habrá necesidad de la luz el resplandor, ni el sol dará
su luz ni tampoco su calor. Allí llanto no habrá ni tristeza ni dolor porque
entonces Jesús el rey del cielo, para siempre será el consolador.
El cristiano fiel y verdadero y también el obrero de valor y
la iglesia esposa del cordero estarán en los brazos del Señor.
//No habrá necesidad de la luz el resplandor, ni el sol dará
su luz ni tampoco su calor. Allí llanto no habrá ni tristeza ni dolor porque
entonces Jesús el rey del cielo, para siempre será el consolador//.