no has buscado ni a sabios ni a ricos,
tan sólo quieres que yo te siga.
Coro:
Señor, me has mirado a los ojos
y sonriendo has dicho mi nombre;
en la arena he dejado mi barca;
junto a ti buscaré otro mar.
2. Tú sabes bien lo que tengo:
en mi barca no hay oro ni espada,
tan solo redes y mi trabajo.
3. Tú, necesitas mis manos,
mi cansancio que a otro descanse,
amor que quiera seguir amando.
4. Tú, pescador de otros mares,
ansia eterna de almas que esperan,
amigo bueno, que así me llamas.