1.- De tus mandatos tengo sed, reclamo yo tu amor, mi
alma ve y ten merced de mí, buen Salvador; tu luz divina hazme ver y tus
mandatos conocer.
Coro
Tu ley es deliciosa y tus promesas son más ricas, sí, que
todo don, y tu palabra hermosa, que oro más preciosa.
2.- Anhela mi alma conocer ardiente tu verdad, y tus
palabras entender con celo y claridad; delicia tu palabra es y luz gloriosa de
mi ser.
3.-Tu ley yo amo, oh Jesús, pues ella goces da; constante
sigo yo su luz y mi alma vencerá; más gratas tus palabras son que todo bien y
posesión.
4.-Tu siervo cual oveja es, sus sendas al errar; espero
yo que a mi alma des la senda del hogar; tus estatutos hazme ver, te quiero yo
obedecer.
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Mi boca abrí y suspiré, porque deseaba tus mandamientos.
Salmos 119:13 1